Pero conversar con la gente que vive en la miseria, nos lleva a escuchar el resentimiento por la falta de oportunidades, ellos simplemente dicen “no tuvimos la suerte” de tener padres ricos o que sus mayores hayan tenido acceso a un trabajo y ahora simplemente siguen recibiendo cada mañana en un balde que era de pinturas, pues un poco de avena o leche de los programas sociales o al mediodía acceder a un menú preparado por mujeres del barrio, con lo que buenamente pudieron echarle a las ollas gigantescas del comedor popular, en donde por unas monedas pueden acceder a un almuerzo o comprar algo más para la cena.
Pero allí también hay diferencias, ya que muchos, quizá no todos los dirigentes de esos programas, terminan siendo los nuevos ricos, construyen buenas casas, y de pronto una cuatro por cuatro estaciona en la puerta de esa familia, en donde justamente ese grupo familiar se apoderó de los cargos y son ellos los que al final terminan administrando grandes restaurantes populares, en donde venden comida a la carta y solo ellos van rotando en los cargos año tras año, mientras tanto la miseria atrapa a familias enteras, privándoles desde la salud y van creciendo esos niños con enfermedades crónicas, dolencias que termina matándoles en la juventud o sencillamente conviviendo con los fármacos de por vida, luego no acceden a la educación superior, a duras penas terminaron la secundaria en el colegio nacional, luego de ello irán a trabajar de peones con algún maestro en construcción o ayudando a los abuelos en la recolección para la cachina, en triciclos que recorren las calles acumulando bicicletas viejas y artefactos viejos que van siendo vendidos por unas monedas, para comprar el pan que servirá de engaño en la noche, con una sopita de fideos, de aquellas que venden en sobre de un sol, con glutamato monosódico (ajinomoto), que les llevará irremediablemente al cáncer y la diabetes o por deficiencias nutricionales a la tuberculosis, anemia y muerte por inanición.
Hemos visto a mucha gente morir en la miseria, los hemos visto llorar día a día, alguna vez quizá compartimos un poco de comida con ellos, mientras podíamos, otras veces de lejos solo les veíamos desfallecer o pasar por la casa con una bolsa de pan o vegetales que alguien les alcanzó de buena fe. Hemos visto algunos vecinos que caritativamente en las mañanas les alcanzan un poco de avena, con unos panes y algo de tortilla, pero no todos los días y entonces es cuando a uno se le parte el alma, de saber que hay otros que llevan a la mesa familiar manjares con el producto del robo, de la droga o simplemente del delito que jamás recibe castigo, porque tienen de compadres a la mala policía, la que también engorda gracias a la coima y a la cerveza invitada luego de una repartija.
Da rabia ver a esos políticos, que cada cierto tiempo mienten, engañan y se desgañitan, prometiendo el oro y el moro, con tal de conseguir el voto del que aun tiene esperanzas. La vida me ha encargado ver tanta miseria, tanto dolor en personas enfermas, en hogares de muchos hijos y en las madres tempranas, que terminan siendo niñas que juegan con el cochecito de sus hijos y jovencitos que terminan cachueleando con la mototaxi, para reunir unos pocos soles para mantener a la temprana y precaria familia.
Recuerdo siempre aquel jovencito que apenas termina la secundaria y muere luego de chocar con la mototaxi que sus padres le compraron, creyendo así ayudarle para sostener a la pareja también escolar, que ya esperaba una criatura. Pude verlo un día en casa, era compañero de estudios de mis hijos y a los pocos días era cadáver, me invadió la pena de muchas maneras, creo es algo que jamás podré olvidar.
¿Pero qué puede hacer una familia de 4 miembros con los pocos soles mensuales? a lo que tienen que descontarle de la AFP y luego de EsSalud, sus pasajes, lo que gasta en el refrigerio, termina quedándole apenas 300 soles, menos de cien dólares, y es lo que llevará a casa a fin de mes ¿Se imaginan? acaso podrá esa familia alimentar a sus dos hijos de buena manera? Podrán darle buenos estudios? Pensarán en estudios superiores? Porque esos salarios de hambre son eternos, siempre será así, siempre el salario mínimo y hay casos peores, en los que no tienen acceso ni a esos pocos soles.
Acaso podrán pensar esos jóvenes en tener casa propia o en disponer de un vehículo? Pero si el de más allá, el que está en la planilla del regidor tal o del otro que es alcalde o como ya les dije antes, es familia de un privilegiado asesor o seguridad de un político. También ellos viven en los barrios, pero son los que tienen marcadas diferencias con los demás, con los desposeídos, pero en general he podido ver que la pobreza es uno de los mayores enemigos de la población peruana, podríamos decir que la esperanza de vida es 74 años pero la pobreza tiene atrapada a por lo menos el 65% de la población peruana, apenas habría un 5% que tiene una vida digna un 30% está en una situación llamada clase media, que no viene a ser sino los que de un modo u otro han logrado asegurarse un trabajo, un ingreso, estudios, es ese 65% que aparte tiene un 30% en miseria y un 12% que está en situación desesperante.
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