Ésta foto es del 2022, casi 80 años.
Reflexiones diciembre del 2022.
Me puse a pensar en los sufrimientos de otros, por ejemplo de quienes conozco muy de cerca o quienes me han confiado sus pensamientos privados.
Y también me puse a meditar sobre los sufrimientos que pude haber causado involuntariamente a otros, porque intencionalmente solo puede hacerlo un perverso.
Mi vida hasta hoy, casi 80 años, ha sido un cúmulo de experiencias de todo tipo, quizá la más dolorosa ha sido y es hasta hoy la parálisis, consecuencia de aquel extraño accidente de 1972, hace 50 años, a partir de allí se fueron sumando más vicisitudes a mi vida, las que hicieron mi existencia muy dolorosa.
Pero lo que más me preocupa, es lo que yo pude haber ocasionado, menos mal no privé de la vida a persona alguna, ni he robado o cometido estafa o algo que me involucre en un tema judicial.
Pero aún no entiendo, porqué esa particular manera de sufrir de unos más que otros, como también, conozco personas malvadas que tienen vida con privilegios y también de otros que siendo inocentes, sufrieron y sufren los ataques de seres humanos perversos, pueblos enteros. Esto lo sabemos todos...
La pobreza ocasionada por gobernantes, funcionarios y políticos, es por ejemplo algo muy cuestionable; sin embargo, sabemos de individuos que vivieron y murieron sin haber pagado las consecuencias de sus actos, ello es lo que debería hacernos pensar en una justicia divina, extrahumana.
No creo que la impunidad por un lado y las injusticias por el otro, deban darse sin consecuencias. Hay personas que fueron sentenciadas y ejecutadas siendo inocentes, como que también hay casos de criminales, cómo dije antes, que vivieron y murieron en la impunidad, hasta con honores.
Cada día veo casos de personas que sufren miserias, privaciones e injusticias y nada puedo hacer para remediarlos, quizá pude en algún momento atenuar esos sufrimientos, pero no terminarlos, ello muchas veces me impulsó a refugiarme en la oración en medio incontenible llanto, siempre a solas.
Conozco casos muy cercanos, de personas a quienes les han perseguido de manera fatal, las maldades de otros y conozco personas que han dedicado su vida a causar sufrimientos a los demás, a sus padres, a sus hermanos, a sus hijos, vecinos, empleados, etc.
Hay quienes cada día tienen miedo de despertar, porque parece intuyen que algo malo les sucederá, hay otros que viven despreocupadamente y también hay quienes son muy meticulosos y se cuidan de cada paso que dan o palabras que pronuncian.
No creo la mayor parte viva a la defensiva, quizá no estamos viviendo de forma obsesiva frente a lo que uno hace o de quienes interactúan con nosotros; se vive con tino, si, con mucho tacto, mas no creo seamos tan escrupulosos con cada acto personal ¿O si?
Quizá una cosa es ser cuidadoso y otra es ser obsesivo. Conozco personas que llevan registro de todos sus actos, en diarios o agendas muy detalladas.
Si tuviera que registrar por escrito todo cuanto he tenido que soportar en estos 80 años de existencia, sería un largo relato de injusticias, también tendría que hacer un mea culpa de mis errores y defectos, todos los tenemos, nadie es perfecto, verdad?
Por ejemplo, no puedo comprender, cómo el año 1968 me propuse estudiar la carrera de Psicología y nunca falté a una clase, fui muy dedicado, me esforcé y presente proyectos que merecieron las felicitaciones de mis profesores. Recuerdo en 1971, el vicerrector académico de la UNSA me convocó a su oficina donde me dijo: "Sr. Paredes, para el próximo año que termina, no se comprometa con nadie, Ud. trabajará con nosotros en la universidad."
Ello fue muy alentador y gratificante, pero quién iba imaginar, que todos mis esfuerzos por hacerlo bien, también me acarrearía persecusión y ataques a mi persona.
Escribí un ensayo, presenté un proyecto de reforma carcelaria y también educativa y profesional (la especialidad de Psicología Jurídica que hasta entonces no existía).
Dicté conferencias, dí entrevistas y parece que mis palabras no fueron bien recibidas por todos, hubo quienes se sintieron aludidos y atentaron dos veces contra mi y una tercera resulté al fondo de una de las curvas de la "quebrada de Guerreros" a la entrada a Mollendo.
Quedé parapléjico, hoy agravado, me postró en cama por todos estos años.
Luego de ello ha sufrido más atentados, sigo vivo y continué mi lucha por conseguir "justicia social".
Aún no entiendo, porqué no logré culminar mi carrera, era mi sueño, tampoco me ayudaron a conseguirlo, lo pedí varias veces.
La vida me ha privado de muchas cosas que considero justas, aún así he llegado hasta aquí, pero en medio de conflictos que sería largo relatar, he dejado en el camino numerosos proyectos, que hubieran significado beneficios a la sociedad, he sido muy crítico en lo referente al frenado desarrollo de mi patria Perú, he reclamado respeto por la niñez que estudia, por el consumidor, por la Persona con discapacidad (hasta el nombre es injusto, no somos discapacitados), etc., etc.
Estoy llegando al desenlace de mi vida, el final de mi existencia, en medio de una serie de conflictos no todos resueltos, no sé cuándo se cumpla el acto final, pero ocurrirá, no somos eternos.
¿Qué ocurrirá mientras tanto?
Estoy inmerso en un mundo donde más hay sinsabores y agresiones que bondades y cumplimientos, las inequidades y desequilibrios persisten, causan persistentes sufrimientos a la sociedad, más a quienes carecen de buena educación y salud, encima sin trabajo ni seguridad, estamos expuestos a la agresión muchas veces injusta de quienes ostentan el poder y economía de privilegio.
Mi fe en Dios es inquebrantable, aunque he tenido momentos difíciles, de luchas y debilidades, quizá todos los creyentes las tenemos en algún momento, pero siempre resultaba fortalecido. Por ejemplo cierta vez busqué por toda la Biblia, algún texto o cita que llevará a creer que es domingo y no sábado el día santo de reposo, no lo encontré, muy por el contrario el sábado quedó reafirmado en mi, como una de las más consiste tes doctrinas bíblicas que debemos respetar y guardar.
Jorge Paredes Romero.
Periodista y Humanista peruano.
Estás imágenes son desde 1961 hasta 2012, la de arriba es reciente, 2022.
Bendiciones y Feliz Navidad!
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