viernes, 21 de mayo de 2021

¿Discapacidad social?





Probablemente el tema que sintetizaré, traerá mucha crítica y descontento, pero lamentablemente es la visión que algunos de nosotros tenemos, de la realidad en la que vivimos no solo en Perú, sino en otros países latinos, de África, Asia, especialmente aquellos que son considerados del tercer mundo o subdesarrollados.

Lo que sucede es que, se nos informa de parte de organismos que realizan encuestas a nivel mundial, porque a nivel regional es poco lo que se tiene de información, que la media de personas con discapacidad es del 10%, pero en realidad nosotros creemos que somos más. 

Si consideramos que lo llamado discapacidad, es aquello que engloba a personas que tienen diversas limitaciones sensoriales, físicas y/o intelectivas, entonces debemos considerar que la verdadera población que aglomera estas características son más, mucho más. Incluso en algún momento, me atreví a decir en un medio de comunicación y creo que lo repetiría ahora con más seguridad, que el nivel de aquello llamado discapacidad, que para nosotros es mejor decir personas con limitaciones, es mayor, diría que excede el 40%.





En muchas de estas famosas encuestas, especialmente educativas, se ha dejado de considerar por ejemplo, a la población de niños fronterizos (borderline) que en verdad es alto, del mismo modo a quienes sufren de una serie de problemas crónicos de dislexia, déficit de atención, problemas conductuales, que sobrepasan la edad de la adolescencia, problemas nutricionales y enfermedades o síndromes colaterales,  incluso hemos encontrado una gran población de adultos inmaduros, con secuelas de problemas socio-psicológicos, que bordean o son tangenciales a graves casos de psicosis, paranoias, etc., con tendencias suicidas y problemas depresivos, que tienen medicación permanente.

Incluso existe una población de adultos que han tenido esa carga por muchos años, y están sin diagnosticar, porque nadie tomó interés en ello. Pregunto, ¿no son acaso también personas con limitaciones o llamadas por el sistema Personas con Discapacidad? Llamémoslo así para poder entendernos en las limitaciones del lenguaje impuesto.

Nosotros conocemos casos como los que describo y por años hemos realizado muchas entrevistas, investigación de campo, visitas, etc., incluso algunas terapias de forma muy superficial, porque diversos motivos lo impedían, pero que nos permite decir con claridad, que lo descubierto es real, tristemente real, terriblemente verdadero y todo tiene una etiología en el modus vivendi de las poblaciones, a lo largo de muchos años, de modo que esto se ha declarado rutinario, aceptado como muy natural y que nadie asume, porque consideran no tiene solución. 

Se dice: “esto nadie lo va a cambiar, así que sigamos adelante”. Lamentablemente, los responsables de esto son los que nos han gobernado a lo largo de muchas generaciones, personas que ya dejaron de existir, pero también otros que en estos momentos desempeñan roles gubernamentales de mucha responsabilidad, que no la asumen, no la desenvuelven a cabalidad, ni ejecutan medidas por sus miedos a los resultados, por la dificultad de conseguir cambios, porque así ha sido y ya nada lo podrá cambiar. 

Esto es conocido por quienes tienen autoridad, sobre todo en los medios de sanidad, en los medios sociológicos y en quienes manejan estadísticas, pero que prefieren hacerse de la vista gorda, porque al descubrir esta verdad, al ponerla en descubierto, se tendría que elaborar soluciones, programas, metodologías, presupuestos, para lo cual se requerirían recursos muy grandes.

Todo es consecuencia de la forma como un determinado sistema ha venido manipulando a la humanidad, en distintas regiones, países, continentes, etc., culturas enteras han sido arrastradas a lamentables circunstancias, por quienes tuvieron siempre el poder, aquellos que tuvieron capacidad de conquistar, de emigrar y posesionarse como líderes, en base al poder económico que disfrutaban, pero también en base a la fuerza militar o tener el conocimiento, la posesión de maquinaria, embarcaciones, armas y tecnologías que otras culturas no la tienen.

Y esto ha sucedido de tal modo por ejemplo, que los hispanos en particular, cuando llegaron a esta parte de América, irrumpieron en un proceso cultural en desarrollo, lo hicieron de manera destructiva, abusiva y determinante. Impusieron una religión que consideraron la única y verdadera, modos de vestir, lengua, costumbres alimentarias, incluso trajeron enfermedades, pestes y costumbres, que eran producto de sus liberalidades y dieron rienda suelta a una serie de valores negativos, de tal modo que destruyen  los esquemas culturales de nuestros pueblos, lo hicieron con perversidad y alevosía.

Lo mismo sucedió en Asia, África, adonde llegaron franceses, ingleses, holandeses, etc., y se dieron los sucesos que justamente permitieron la aparición de una serie de limitaciones o discapacidades, sobre todo por la pésima alimentación, la baja salubridad y la mediocre educación a la que podían acceder los dominados. 

Los dominantes si tuvieron acceso a salud, educación y alimento de privilegio, a jornales, sueldos, a recreación, etc., todo esto fue creando  al mismo tiempo que un apartheid, reservas, etc., un sabor amargo, de resentimientos,  odios, que fueron exacerbándose a lo largo de los años, décadas, siglos, demarcando de manera muy precisa, niveles socioeconómicos de acuerdo al poder que cada quien ejercía, desde su familia, ciudad o cultura, pero sojuzgada.

Hoy en día, muchos pueblos celebran su día de la independencia, cuando eso no es real, todos seguimos dependientes, solo pasamos de una mano a otra, en Perú por ejemplo, del poder hispano, de un país determinado, al capitalismo global que involucra muchos países del orbe capitalista e imperialista, quedamos sujetos a una religión, el cristianismo, la cual en sus infinitas modalidades hoy ha establecido un negociado usurpador y enajenante en la mentalidad de millones de personas, del mismo modo estamos sujetos a modas, costumbres alimentarias, limitadas a lo que podemos retener, ya que mayormente se exporta hacia mercados de gran poder adquisitivo, que brinda riqueza a los grupos de poder, que en cada región se han constituido por muchos años, por siglos.

Hoy en día, entonces, en cada país, región o continente, existe una enorme población de gente con mínima educación, con escasa salud, con una enajenación espiritual encadenada a una religión, cuando la espiritualidad debería llevarnos más bien a la verdad y ésta a la libertad. Del mismo modo, no hemos logrado industrializarnos y estamos dependientes inexorablemente a lo que la industria exterior nos facilita, pero si seguimos siendo recolectores y exportadores de insumos primarios, minerales, alimentos, fibras, hierbas, incluyendo personas, cerebros que viajan como mano de obra barata, pero también gente que logra estudiar y quedarse por siempre en otras latitudes, nuestros países quedan empobrecidos en todo sentido.

Estas poblaciones han quedado entonces con limitaciones, discapacidades, que nadie quiere reconocer, nadie tiene el valor de asumir esta verdad y se conforman a vivir, con lo que resbala de la mesa de los ricos y los pudientes, lo cual llega a las manos de los desposeídos, los pobres, los miserables, los que no tienen ni siquiera salario mínimo, menos seguridad social, tampoco previsión social, es decir recurre a la limosna, a la ayuda social a los sistema integrales de salud SIS, a los comedores populares, a los vasos de leche, a los repartos de ropa usada, etc., etc. 

Esa es la verdadera “discapacidad”. mejor dicho las verdaderas limitaciones a las que nos han arrinconado, quienes siempre tuvieron el poder en sus manos y en sus palacios, que llegaron en carabelas y ahora siguen viniendo en aerobuses, en Boeing o en trasatlánticos, en busca de más riqueza, la que aún abunda en nuestro continente y sigue siendo embarcada allende los mares, con la venia de nuestros gobernantes y políticos, que solo son facilitadores de esta rapiña, que se convierten en nuestros verdugos y a la vez en parásitos, porque viven de esos negociados, transformándose también ellos en discapacitados morales, sin valores y sin conciencia, siendo esa la peor discapacidad.

Ampliaré este tema...

Jorge Paredes Romero
Humanista peruano.

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