FELIZ 153° ANIVERSARIO MOLLENDO.
Articulo publicado en la Web de Mollendo.
Mollendo: Feliz aniversario: Todos somos de Islay
Jorge Paredes Romero Periodista y humanista peruano.
Mollendo ha recorrido muchos años de trabajo, por encontrar el sello a su destino. Cuando inicia su vida, nace con un designio triunfal, siendo catalogado en esos momentos como la puerta de entrada de gente de muchos naciones, que llegaban al sur peruano o de transito para Bolivia y Argentina, se decía era el segundo puerto peruano.
Yo conoci el donkey y la obligada silla funcionando, a la que se aferraban los más expertos y se sentaba el privilegiado, como también vimos las enormes columnas de automóviles, camiones y la ingente carga que se trasladaba en esos camiones o en los trenes, que hacían la ruta a Puno, para luego proseguir ruta por el lago y llegar a Bolivia.
Por esas rutas llegaron Hiram Bingham y muchos misioneros, comerciantes, gobernantes y aventureros, que cruzaban los océanos en los navíos de Inglaterra, Holanda o Japón, la Reina del Pacífico o los Marus. En esos barcos llegaban de Europa y América del norte, herramientas, juguetes, golosinas, máquinas, artefactos, revistas, es decir todo cuanto aquí se deseaba y simplemente era llamado “importado”, que también copaba aquello llamado contrabando, porque mucho de aquello llegaba a otras manos, por otras vías y tenía otros precios.
Era gente que trabajaba en el muelle, en los donkeys, los trenes, las lanchas y remolcadores. Pero antes de ellos otra gente llegó a Mollendo, los que implementaron el puerto, los que tendieron rieles, los que hicieron el rompeolas, sabemos de los esfuerzos de braceros de otras nacionalidades, incluso chilenos, que al mismo tiempo que ganaban dinero, también conquistaron lugareñas e hicieron familia, no sé qué sucedería con ellas en los años de la guerra y con esas criaturas, lo cierto es que en los años cincuenta conocimos chilenos y chilenas que aun residían en Mollendo y sus descendientes.
Mi abuelo Mariano A. Paredes, que en su momento fue dueño de zapaterías, en lo que se llamaba Mercaderes, la primera cuadra de lo que hoy es la calle Comercio, que lamentablemente lo perdió en un gigantesco y voraz incendio, me contaba mucho de aquellos días y de la guerra, entonces él era apenas un niño, porque el nació en junio de 1871 y murió en 1961 a los 90 años.
Pero también debemos reconocer que los más afincados fueron los ingleses y de otras nacionalidades, como japoneses, chinos, árabes, alemanes, polacos y descendientes de otras naciones, que siempre vieron en Mollendo la posibilidad de hacer fortuna y lo consiguieron, para luego emigrar a otras ciudades como Arequipa y Lima, en donde ampliarían sus horizontes.
Durante casi un siglo Mollendo vivió en medio de ese trajinar bullicioso y comercial, entre chirriar de trenes y sirenas de barcos, el bullicio del pescador y el vocinglero estibador que manejaba mucho dinero, pero también estaban las agencias de aduanas, los vistas y tarjadores, todos eran gente que trabajaba en todo horario y tenían buenos ingresos.
Correos, telegramas, estampillas y la Caja de depósitos y consignaciones nos comunicaban y daban facilidades para todo, hasta que más tarde aparece la refrigeradora a kerosene, pero la plancha seguía funcionando con carbón, comprado donde Chinguayen, luego desaparece la vitrola de agujas para dar paso a los tocadiscos para discos de 45 rpm y luego los 33 o long play, el distribuidor de artefactos era Jorge Zuzunaga y también Zavalita.
Luego aparece Montufar, pero Escalante, Paredes y Carrero seguían haciendo pan, y desaparecieron los fideos y gaseosas de Escalante, pero la camioneta de Pen Pen Díaz seguía trajinando y alborotando las calles, compitiendo con el "A ti que te importa" de Arozemena.
Choronga cerró hace años, pero atendía todavía por la calle Arequipa, Neyra fabricaba exquisitos lulos y musas, en la esquina de Arequipa se vendían los infaltables tallarines con miel y de noche a la subida del Cinema Teatro no faltaba una taza de chocolatada con panes de Neyra.
Recordamos el bullicio de los parlantes, las bocinas de Barboza y Ticona que lideraban los servicios de perifoneo y animación de fiestas, porque tenían equipos a batería, ya que la energía eléctrica se apagaba a cierta hora y la fiesta debía de continuar. Ya pasaron los tiempos en que Salazar hacía bailar a la gente con violines, guitarras y el infaltable piano.
Hasta que llegan los años sesenta, y Mollendo conoce entonces lo que significa el traslado de esos potenciales a Matarani, también lo vimos, y comprendimos que nada es eterno y entonces animándose, pusieron sus empeños al litoral playero, pero no se consiguió crecer, sino solamente sobrevivir, hasta que surge la transoceánica y entonces empieza a reverdecer la posibilidad de transformarse nuevamente en el eje de las fortunas.
Y es que pronto empezaremos a ver, cómo es que quienes tuvieron visión y buenos oficios, estarán preparados para disfrutar de la bonanza que significará la llegada de comerciantes para sus trámites aduaneros, pero que mejor sería si a partir de los enormes valles que circundan a la provincia, empezara a desarrollar una pujante agroindustria, del mismo modo la industria del mar y el turismo se preocupara por armarse de valor y herramientas, con estrategias muy elaboradas, extraer riqueza de recursos que allí están, pero no han sido debidamente explotados.
Hoy, en 2021 toda esa ilusión quedó postergada, no sabemos hasta cuándo. ..
También existe la posibilidad para el nuevo Mollendo de la talasoterapia, de los deportes ecuestres, en unas amplias lomas que no se arborizaron, se abandonaron a su suerte y solo se miraba a la playa para recoger apenas dos meses de sencillos, para subsistir el resto del año, con privilegios para los de afuera y postergación de los mollendinos y lugareños Las Lomas mollendinas son en estos instantes un reservorio para turismo ecológico, de relax y deporte, pero como siempre, todos colocan su vista a iconos equivocados y persisten en la arena y las olas del mar.
Mollendo tiene además otras posibilidades, para ello debe exigir atención educativa técnica, industrial y profesional, mediante universidad, institutos más sofisticados y mejor utilización de los jóvenes cerebros, que en vez de huir a España y Patterson deberían quedarse a emprender con creatividad y fe, con optimismo, mas para ello requieren que sus mayores comprendan, que la ciudad está dormida o adormecida en sus laureles, dejen de soñar y preparar a sus hijos para que se vayan al extranjero, que al final todos pierden, la provincia se queda sin cerebros y los mayores sin el cariño, son la alegría de ver crecer a sus hijos y nietos.
La oportunidad que tuve de ver esos potenciales fue el año 2002, que la vida me permitió analizar in situ esas posibilidades y pude asegurarme que es verdad, y que es posible. Llega cierta época del año en que se nota que Mollendo alberga más gente mayor y niños, que la juventud está ausente y que justamente eso es lo que ha permitido que escasee la esperanza, el emprendimiento, la creatividad, lo poco que se logra es volátil, pasajero y apenas procura una sonrisa, pero no la carcajada que un pueblo puede darse el lujo de soltar, cuando ve que todas sus generaciones están presentes y que todos luchan codo a codo, por lograr la felicidad de sus familias.
Ojalá la vida me permita regresar, yo salí de allí por salud, la que me fue esquiva por un "extraño accidente", pero tenía otros dones, que me permitieron siempre dar a conocer que soy mollendino, de modo que persisto en ello y no me cansaré de recordar lo que viví y también lo que dejé de vivir, entonces todos debemos decir a una sola voz “Somos de Islay”.
¡Feliz 153° aniversario Mollendo!
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