La humanidad, por haber pervertido el uso de su inteligencia, por no haber respetado la naturaleza que le fue confiada y por haber descuidado su espiritualidad, hoy sufre las consecuencias de ello.
El ser humano, si hubiera cuidado la naturaleza y le hubiera dado un correcto uso a su inteligencia, hoy viviría disfrutando de todo cuanto ésta naturaleza tendría, para que el hombre disfrute con libertad de todos los beneficios que tendríamos a disposición.
Mucho alimento, energía libre, medios de comunicación y transporte a disponibilidad, sin restricciones y sin accidentes.
El mal uso de todo cuanto ha venido descubriendo el hombre, ha dado lugar a muerte, enfermedades y guerras.
La justicia por ejemplo, si se hubiera practicado con respeto y equilibrio, hubiera permitido que las normas se respeten y no se hubiera dado lugar a las injusticias y al abuso de unos sobre otros.
La ambición de unos, por acumular poder económico y político, ha degenerado en el uso de la inteligencia para construir armas para destrucción masiva; el orientar una mayor cantidad de recursos en la compra de barcos, aviones, vehículos y misiles, en vez de construir viviendas, escuelas, centros de investigación en pro de la vida y la salud, ha dado lugar a injustas brechas sociales.
Algunos han utilizado su inteligencia con la finalidad de avasallar a los otros, por medio de bancos, laboratorios, diversos monopolios, que lejos de hacer el bien; han dedicado esfuerzos en destruir, lejos de construir; han acumulado riquezas, empobreciendo naciones, han torcido el uso de la ciencia, la han pervertido.
Nuestro planeta tiene de todo, para colmar de felicidad a toda la humanidad; tiene agua suficiente, sin embargo hay quienes mueren de sed; hay tierras suficientes para producir alimentos, pero hay quienes mueren de hambre, por no tener dinero para comprar lo necesario, que otros acumulan y tienen bajo llave.
Habrían muchas enfermedades, como consecuencia de la desnaturalización de la vida, en vez de haber luchado para hacer de nuestro mundo un paraíso y eso se ha comprobado, en lugares donde la "civilización" no habría sido estimulada, de allí que la vida rural, silvestre, sea más valorada, por ser justamente más sana, más cómoda y más segura.
De allí que muchas veces he dicho que si bien es cierto, la humanidad habría evolucionado tecnológicamente, mas en calidad de vida y proyección de felicidad habriamos involucionado, no tendríamos una vida digna, ni siquiera un poco felices.
Ahora solo resta esperar, que todo esto concluya, hemos perdido la oportunidad de ser felices, pero menos mal, hay para muchos misericordia, este mundo será recreado y repoblado, por quienes se hagan merecedores de tal designio. Ha sido una larga experiencia, "feliz" para algunos, dolorosa para otros, pero la recompensa será el justo premio, para quienes mantuvieron encendida la esperanza de la Salvación.
¡A prepararse, la Salvación está cerca!!!
Jorge Paredes Romero
Periodista y Humanista peruano.
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