¿Por qué no conocemos toda nuestra real historia?
Muchas veces una nación, sufre las consecuencias de haber sido agredida por el Sistema, cuando su educación habría sido menoscabada, disminuida, por haberse alejado del dominio de sus estudiantes, los auténticos contenidos históricos que deberían ser una necesidad de identidad y bagaje cultural de primer orden.
Cuando un ciudadano desconoce su historia, va perdiendo el interés en ver una Patria grande y desarrollada, sobrevive buscando por necesidad de especie, algo con qué identificarse y por qué luchar.
Es justamente lo que hace un Sistema perverso, arrebatarnos nuestra historia, privarnos de paradigmas de identidad, influyendo en nuestra conciencia, a través de medios cómplices, con modas, usos y costumbres ajenas, creando en nosotros confusión de identidad, destruyendo poco a poco valores y principios de nacionalidad y patriotismo.
Una auténtica educación, que sea integral e integradora, se preocupa por desarrollar todas las capacidades del estudiante en épocas tempranas, creando así condiciones para tener más adelante, trabajadores eficientes, pero también ciudadanos reflexivos y con alta espiritualidad y civismo.
Desde hace siglos el Sistema, utilizando sicarios económicos, habría frenado el crecimiento de naciones bendecidas y las ha venido saqueando, impidiendo desarrollen; además, nos ha privado de sanidad, educación, seguridad y trabajo, nos han encadenado a deudas externas innecesarias e impagables, con la intención de distraer nuestra economía en pagar esas deudas, mientras ellos y sus cómplices, creaban leyes para apoderarse de nuestros productos, con acuerdos comerciales que no eran más que tributos maquillados e impedían que nosotros diéramos valor agregado, quitándonos la oportunidad de crear fuentes de trabajo, que nos hubiera procurado crecimiento y desarrollo.
Un ser humano educado y saludable, sería un magnífico trabajador que brindaría seguridad a su familia y conformaría una sociedad donde habría vida digna y segura convivencia, todo esto, procuraría paz social y desarrollo.
Los últimos días de mi vida, los pongo al servicio de mi patria, buscando hacer de ella una nación paradigmática, ejemplo de renacer y de lucha, recuperando de alguna manera las riquezas usurpadas, logrando el crecimiento que nos han negado y con ello, honrar a quienes ofrendaron su vida, luchando, porfiando por lograr, la justa aspiración de muchos hombres y mujeres, que habrían muerto asesinados, solo porque buscaron justicia social.
Recuperemos la dignidad, el Amor de Dios, el civismo y el amor a la Patria.
Jorge Paredes Romero.
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